viernes, 25 de junio de 2021

Atenas: desde sus inicios hasta Pericles

  


Es imprescindible para quien aspire a comprender el desarrollo de la ciencia política en los últimos dos mil años se detenga a estudiar a Atenas, porque esta ciudad originó la democracia, y en ella nació la reflexión epistemológica acerca de la política.

La vocación ética para instaurar formas novedosas y más justas de gobierno se manifestó en ella desde tiempos muy remotos. 
A principios del siglo VII a.C., se había creado el cargo del polemarca, un comandante militar de carácter electivo que restringió los poderes del rey. Hacia el año 683 a.C., se estableció la magistratura del arconte, en forma de un triunvirato en sus inicios vitalicio, que sin embargo vio su mandato restringido a un año menos de tres años después. No pasaron ni dos años antes de que se creara la comisión de los tesmotetas, con la misión de vigilar las leyes, completándose un colegio de nueve arcontes.

La ciudad estaba hasta entonces integrada por cuatro clases sociales. Los primeros eran los eupátridas, los nobles. Segundos en orden de importancia estaban los georgi, agricultores o terratenientes. Luego venían los demiurgos, los obreros o comerciantes. Y por último, los herktemoroi o arrendatarios.
En la primera mitad del siglo VII antes de la Era Cristiana, Atenas era una república aristocrática, pues sólo los eupátridas podían ser electos arcontes. 

La aparición del dinero, en reemplazo del sistema de trueques, promovió la concentración de la riqueza en los comerciantes y terratenientes, y una gran miseria entre los arrendatarios.

Las tensiones sociales crecieron, hasta que en el 621 a.C. se designó a Dracón para que revisara la Constitución y las leyes escritas, que si bien fueron famosas por su severidad, atenuaron la situación de las clases serviles y ampliaron la ciudadanía a todo aquél que fuese capaz de proveerse de un equipo de armas. Dracón estableció tribunales en sustitución de los genos aristocráticos.

El problema principal por aquellos años era sin duda el endeudamiento de la clase popular, que concluyó muchas veces con la reducción de los deudores a la esclavitud. Esto y, desde luego, los humillantes privilegios eupátridas.

En el año 594 a.C., Solón fue designado como "reconciliador y arconte", con amplios poderes para dictar una nueva Constitución. Entre las medidas que tomó para restablecer la armonía social, tres son las que destacan. 
En principio, dictó la cancelación de todas las deudas privadas, prohibiendo los préstamos que tenían como garantía la reducción a la esclavitud del deudor. En segundo lugar, se abolieron las leyes de Dracón, salvo las relativas al homicidio. Por último, reformó la Constitución para posibilitar que hasta el más humilde participara en la cosa pública. Para tal fin reestructuró las clases sociales según su riqueza. Los pentacosiomedimnos eran los primeros, aquellos que podían proveer hasta 500 sacos de cereales. Los hippeis o caballeros podían pagar un caballo, y les correspondían las dos magistraturas mayores, el arcontado y la tesorería. Por último, tenemos a los zeugitae o tronquistas y, en la base de la pirámide, a los thetes o villanos, los más pobres, que sólo podían pertenecer a la Asamblea General o Ecclesia, un cuerpo judicial que pedía cuentas a los magistrados tras su mandato. 
También tomó en cuenta la clasificación por tribus para la elección de los magistrados y la creación del Consejo de los 400, al que pertenecían ciudadanos de las cuatro tribus.

Los arcontes eran elegidos por sorteo de entre diez candidatos de cada tribu. El Consejo de los 400, por su parte, tenía como función ser el guardián supremo de la ley y la moral pública.

Como registra Chateubriand en Historia de las Revoluciones Antiguas, Solón, viendo que su presencia trastornaba a Atenas, se condenó a un exilio voluntario, no sin antes hacer prometer a sus conciudadanos que preservarían la paz en su ausencia. No sirvió de mucho: ni bien partió, surgieron tres facciones que desgarraban al Estado ateniense. 
La primera, La Montaña, se componía de los más pobres de la República. Su líder era Pisístrato, un hombre tan brillante como bizarro. La Montaña, no satisfecha con las leyes de Solón, buscaba un régimen más equitativo.
El segundo partido, La Llanura, era el de los rico propietarios que abogaban por una constitución oligárquica, liderados por un tal Licurgo del que poco se sabe.
La última facción, La Costa, daba cabida a todos los mercaderes del Atica, que temerosos así de la libertad de los pobres como de la tiranía pretendida por los ricos, abogaban por un gobierno mixto, y eran liderados por Megacles.

El vencedor de esta contienda fue Pisístrato, a punta de astucia y estratagemas. Su tiranía resultó próspera, y mantuvo en lo general la constitución de Solón, a la par que impulsó una viva política comercial. La prosperidad subsecuente es responsable de la recopilación de los textos de Homero y la creación de un clima que privilegiaba las artes, con las que Atenas se convirtió en el centro cultural de Grecia. 

Sus hijos no supieron sostener el poder y fue sucedido por Clístenes, quien investido constituyente, estableció una Constitución democrática en el año 507 antes de Cristo. 

Ejecutó para ello varias reformas. En principio, el Atica fue dividida en demos según un criterio decimal. Los demos originaron diez tribus y a su vez, cada distrito se dividió en otras diez. Según Aristóteles, el pueblo quedó así dividido en diez grupos. 
Cada tribu aportaba 50 representantes cada una, integrando el así llamado Consejo de los 500, con funciones administrativas, deliberativas y judiciales. Además, cada una designaba una comisión de pritanos con funciones de coordinación del consejo. 
Los arcontes fueron elegidos por el voto de la Asamblea, y se crearon los cargos de estrategas, uno por tribu, bajo el mano del polemarca.
Se instituyó también el ostracismo, dictado por la Asamblea para desterrar a los ciudadanos peligrosos para la democracia durante una década y por una mayoría de 6.000 votos.

Eventualmente, en el 462 a.C. y de la mano de Efialtes, se redujeron las funciones del Aerópago sobre la constitución, y hacia 457 la tercera clase de Solón, los tronquistas, fue admitida al arcontado. También se redujo al Aerópago a entender en homicidios y otras funciones secundarias. Así el Consejo de los 500 como la Asamblea asumieron el control del Estado, alcanzando Atenas, finalmente, la democracia plena bajo la figura de Pericles.

Sería él el responsable de continuar la tarea de Efialtes, estableciendo un sistema de control de la Constitución, la así llamada Graphe Paranomon, una acción pública destinada a garantizar la legalidad de los actos jurídicos. Estableció una dieta para que los ciudadanos pobres participaran de la vida política, a excepción del deber cívico de asistir a la Asamblea.  

Tucídides expresó su admiración hacia Pericles al llamarlo "el hombre más influyente de Atenas". Había sido educado por el sofista Damón, y en su juventud abrazó al partido democrático y, junto a Efialtes, accedieron al poder tras dos décadas de ardua labor, realizando las reformas que llevaron a Atenas a su plenitud democrática. Los objetivos de este partido bajo su conducción fueron tres: el perfeccionamiento del régimen democrático a través de algunas reformas constitucionales, la transformación (en la que se tuvo éxito) de Atenas en un gran imperio talasocrático, y el embellecimiento de la ciudad de Atenas, en que el auge del arte, la ciencia y la filosofía fue de tal magnitud que el siglo V a.C. es recordado como el Siglo de Oro de Grecia.

Según Pericles, son tres también los principios de la democracia ateniense. En principio, la isonomía, la igualdad ante la ley. La isegoría, por su parte, refiere a la libre expresión consagrada en el marco legal. Y por último, tenemos a la filantropía, la apertura a los extranjeros. Ninguna ley privaba a estos del acceso a lo jurídico y a los espectáculos atenienses, una actitud por la que el mismo Pericles llegó a criticar a su vecina Esparta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué son las terapias de conversión? La crítica de un católico

Este resumen no está disponible. Haz clic en este enlace para ver la entrada.