La praxeología, dicho mal y pronto, es el método por excelencia de la Escuela Austríaca de Economía. Se trata de un método enteramente apriorístico, que parte del axioma fundamental de la economía: el hombre actúa. Es decir, como diría Murray Rothbard, realiza acciones conscientes hacia objetivos elegidos. Esto contrasta con los actos reflejo, inconscientes, puesto que estos no se dirigen hacia un fin específico. El método praxeológico funciona, básicamente, a partir de la deducción verbal de las implicaciones del axioma de la acción humana, sumada a otros axiomas como que los individuos valoran positivamente el ocio, y que los humanos cambian.
Los praxeólogos asumen que, dado que su axioma fundamental es verdadero, todas las deducciones que se realicen a partir de él serán también verdaderas, puesto que si A implica B y A es verdadero, luego B también lo es.
En un artículo publicado en Mises Institute en Abril de 2012, el mismísimo Murray Rothbard nos da una serie de consecuencias lógicas del principio de la acción: en principio, el que toda acción tiene un propósito, que se dirige hacia objetivos. De aquí se deduce que el hombre ha elegido ciertos medios para alcanzar ese propósito. Como desea alcanzarlo, obviamente debe ser valioso para él, y como es lógico, deben existir valores que motiven sus elecciones. El que emplee medios, implica que cree que con ciertos medios obtendrá los fines deseados (lo cual no quiere decir, ciertamente, que su elección sea sabia). Toda acción en el mundo real tiene lugar en el tiempo, y se dirige hacia el futuro. Además, el que el hombre actúe indica que cree que sus acciones pueden marcar una diferencia, es decir, que prefiere el estado resultante de la acción al de la inacción.
Por lo tanto-procede Rothbard-, se deduce que el hombre no tiene un conocimiento omnisciente, puesto que, si así fuera, ninguna acción supondría ninguna diferencia...y aquí empiezan los problemas. Y es que, en realidad, esto sólo sería cierto si el individuo además fuera omnipotente, o si el futuro fuera inmutable, si, como se dice en el lenguaje popular, "todos los caminos condujeran a Roma". Sin embargo...esto no es así. Supongamos que tenemos a un hombre que lo conoce todo. Incluso si así fuera, él podría perfectamente tomar decisiones que marquen la diferencia en su vida y la de los demás. Por ejemplo: podría, en su omnisciencia, saber si encender o no la cerilla que generará un incendio, o si acostarse o no con determinada mujer para evitar contraer una enfermedad venérea. Si elijo no pasar de este "pequeño" error en el razonamiento de Rothbard, es para poner en evidencia una gran verdad: no todo lo que parece a simple vista ser obvio, lo es.
Y esto definitivamente tiene cierta relevancia para el caso, ya que no es difícil imaginar como semejantes errores podrían impregnar toda una teoría económica. Errores mucho más difíciles de notar, en marcos mucho, muchísimo más complejos. Y más aún cuando, como en el método austríaco, se rechaza la comprobación empírica de las teorías. Pero esto lo trataremos más adelante.
Siguiendo con la praxeología, Rothbard nos explica que el hecho de que la gente actúe, significa necesariamente que los medios a emplearse son escasos, pues si todos ellos fueran sobreabundantes, ya no existiría la necesidad. Al mismo tiempo, los bienes que son sobreabundantes ya no pueden ser medios, puesto que no implican la acción. Un ejemplo de esto, sería el aire, que al ser en relación al individuo prácticamente infinito, no puede considerarse un bien, sino lo que Von Mises llamaría "condición general del bienestar humano".
Rothbard continúa el artículo explicándonos porqué las Matemáticas son inútiles en Economía:
Por tanto hay dos partes en este método axiomático-deductivo: el proceso de deducción y el estado epistemológico de los propios axiomas. Primero está el proceso de deducción: ¿por qué son los medios verbales, en lugar de usar una lógica matemática? Sin expresar el alegato austriaco completo contra la economía matemática, puede decirse de inmediato una cosa: dejemos que el lector considere las implicaciones del concepto de acción como se han explicado hasta ahora en este escrito y tratemos de darles forma matemática. E incluso si puede hacerse, ¿qué se habría logrado salvo una pérdida drástica en significado en cada paso del proceso deductivo? La lógica matemática es apropiada para la física, la ciencia que se ha convertido en la ciencia modelo y a al que los positivistas y empiristas modernos creen que deberían emular todas las demás ciencias sociales y físicas. En física, los axiomas, y por tanto las deducciones, son en si mismos puramente formales y solo adquieren significado “operacionalmente” en la medida en que puedan explicar y predecir hechos dados. Por el contrario, en praxeología, en el análisis de la acción humana, los propios axiomas se sabe que son verdaderos y significativos. Por consiguiente, cada deducción verbal paso a paso también es verdadera y significativa, pues la gran cualidad de las proposiciones verbales es que cada una es significativa, mientras que los símbolos matemáticos no son significativos por sí mismos[1].
No realizaré aquí una defensa de la Economía matemática, sencillamente porque no manejo el tema. Lo que sí voy a hacer, es defender a la Econometría (la rama de la Economía enfocada en el uso de matemáticas), a la que los austríacos atacan sistemáticamente. La Econometría, es la rama de la Economía que utiliza métodos estadísticos para estudiar mediante datos comprobables, los fenómenos económicos. Consiste en una combinación de Economía matemática, teoría de probabilidad, estadística, datos económicos, y teoría económica.
Su función es, básicamente, poner a prueba hipótesis, para definir así cuáles no se acercan a la realidad[2].
Si usted es listo, ya se imaginará por donde van los tiros: los austríacos llegan al punto de negar la necesidad de poner a prueba sus deducciones verbales con datos empíricos.
Es así como, por ejemplo, Friedrich Hayek dijo en su momento que las teorías de las ciencias sociales jamás pueden ser verificadas o falsadas[3]. Von Mises hizo otro tanto, en la mismísima Human Action, su ensayo más conocido[4].
Reflexionando, de forma improvisada, me doy cuenta de lo fatalmente arrogante de semejante método. Y es que, en última instancia, todo puede resumirse a aquella vieja frase atribuida a Santo Tomás de Aquino que reza que no podemos abarcar la naturaleza de una mosca.
Pretender entender la totalidad del comportamiento humano sólo con tu cabecita, o con las cabecitas de miles de economistas, sin recurrir a lo que la realidad tiene para decirnos, es pretencioso a más no poder.
Es pretender ocupar un papel que sólo a Dios le pertenece.
Se me ocurre, ya para cerrar, una última refutación a la praxeología, relacionada con la anterior expuesta cuestión de las limitaciones del conocimiento humano, y es que simplemente no hay forma de saber si algo no se nos escapa en el análisis económico a menos que recurramos a lo empírico. Es gnoseológicamente imposible.
Por poner un ejemplo, no hay forma de anticipar los comportamientos irracionales de los agentes económicos a menos que se recurra a las observaciones, cosa que analizaré en detalle en una futura crítica personal al liberalismo, y que es un detalle de suma relevancia por razones que creo no hace falta ni explicar.
Bibliografía
1. Rothbard, Murray. "Praxeología: La metodología de la economía austriaca",, Ver informe completo en: https://mises.org/es/library/praxeolog%C3%ADa-la-metodolog%C3%ADa-de-la-econom%C3%ADa-austriaca
2.Ventosa Santaulària, Daniel. "¿Qué es la econometría?" Ver informe completo en: https://www.redalyc.org/pdf/416/41600305.pdf
3.Hayek, Friedrich A. "Individualismo y orden económico". Ver informe completo en: https://books.google.ca/books?id=iONMIDMmgoMC&pg=PA73&lpg=PA73&dq=never+be+verified+or+falsified+by+reference+to+facts&source=bl&ots=hh06n4IAuK&sig=QrNu3_eI23s0iNNz6K5PfzbtIdU&hl=en&sa=X&ei=pYD9U8OuB4vF8QHhkIHACw#v=onepage&q=never%20be%20verified%20or%20falsified%20by%20reference%20to%20facts&f=false
4.Von Mises, Ludwig. "La acción humana". Ver informe completo en: https://mises.org/library/human-action-0/html/pp/638
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