Menger, Mises, Hayek y Friedman |
No podemos hablar de liberalismo sin antes hacer un breve repaso por el pensamiento liberal en Francia, cuna de la más famosa revolución política de la historia. El liberalismo francés se dividió en su momento en dos grandes vertientes, que podríamos dar en llamar "racionalista" e "irracionalista". Aunque ambas respaldaban la tolerancia, y se oponían al dogma y la superstición, además de estar enfrentadas para con la Iglesia, presentaban diferencias en cuanto a su noción del poder del entendimiento humano: mientras que Montesquieu o Condorcet creían en una ciencia de las sociedades humanas, con una peculiar fe en el progreso, los humanistas escépticos, como Montaigne, creían en la incapacidad de la razón para aprehender la realidad[1].
Por otro lado, ciertos liberales franceses se manifestaron a lo largo de sus carreras en contra de la democracia, por considerar que amenazaba la libertad individual. Ejemplo de esto es Benjamin Constant, el archienemigo de Rousseau[2].
Es importante destacar, de todos modos, que otros pensadores del liberalismo francés, como Alexis de Tocqueville y John Stuart Mill, defendieron a la democracia como camino preferencial para el logro de objetivos liberales.
Volviendo a la prolífica ilustración inglesa, nos encontramos con Jeremy Bentham, quien presenció el triunfo del liberalismo en la política europea y americana, y también su transformación (que bien puede ser interpretada como un declive). La intervención del Estado, aunque reducida en una primera instancia, creció progresivamente.
Bentham es más conocido, sin embargo, por ser el padre del así llamado "utilitarismo", una teoría moral que identifica el bien y el mal con el dolor y el placer respectivamente, siendo una acción buena sólo si es la que mayor utilidad produce.
John Stuart Mill, por su parte, fue un utilitarista mucho más sofisticado que su antecesor. A diferencia de los liberales de otros tiempos, Mill desconfió profundamente del laissez faire, viéndolo como un eficiente método de producción, pero tuvo numerosas críticas acerca de su forma de distribuir la riqueza. Consideraba que la distribución de la riqueza podía efectivamente ser fruto de la elección social-mediante la política gubernamental-. Lo que hoy llamaríamos "redistribución".
Mill fue el primero en separar libertad económica de libertad personal, siendo un fuerte defensor de la segunda, además del precursor de las modernas opciones socialdemócratas[3].
La Escuela Austríaca hasta Ludwig von Mises
La Escuela Austríaca es tan importante en la historia del pensamiento liberal, que no podemos pasar superficialmente sobre ella como hasta ahora hemos hecho. Y es que, pese a su relativa insignificancia en el mundo de la Economía, los austríacos han sido muy relevantes en desarrollo histórico occidental de los últimos cincuenta años, hasta el punto de haber definido el destino de naciones enteras.
Para entender a la Escuela Austríaca, es necesario entender previamente su contexto histórico, que puede rastrearse hasta tan lejos como principios del siglo XIX, en que una serie de derrotas militares ante Napoleón Bonaparte llevó al Ministerio de Relaciones Exteriores de lo que se convertiría en el Imperio Austrohúngaro a Klaus W. von Metternich, en reemplazo del ineficaz Johann von Stadion. Hasta 1848, él y el emperador Francisco I ejecutaron una política típicamente despótica. Si bien Metternich se dedicó más a la política exterior, hasta el punto de deber su fama a ella, su imagen quedó ligada al despotismo debido a haber sido el responsable de la represión de las rebeliones liberales.
Al morir Francisco I en 1835, fue sucedido por su hijo Fernando I, quien debido a su delicada condición de salud no pudo ejercer el gobierno, quedando este en manos de una regencia de la que Metternich formaba parte, en lo que los reclamos de libertades civiles y políticas se incrementaban.
En 1848, una revolución en Francia, reclamando tales libertades, sacude a Europa, llegando hasta Austria, en que se exigió una constitución, asambleas representativas, sufragio universal y abolición de la esclavitud, entre otras cosas.
Metternich huyó bajo un habilidoso disfraz hasta Inglaterra, y los revolucionarios prepararon una constitución y abolieron la esclavitud y la censura. Sin embargo, pronto la contrarrevolución se alzó, y el día dos de Diciembre de ese año, el emperador Fernando abdicó y fue reemplazado por su sobrino, Francisco José I, quien se vio obligado a pedir ayuda al zar Nicolás de Rusia para vencer a la resistencia húngara.
El nuevo régimen contaba con el príncipe Schwargenberg como jefe de ministros, quien destacaba por su oposición a cualquier expresión popular que no fuese la del Estado, y por su influencia.
Los nuevos gobernantes fueron, dicho corto y claro, un desastre. La posterior guerra con Rusia, que se sintió traicionada tras la neutralidad austríaca en la guerra de Crimea, los conflictos con Cerdeña y Francia, y el enfrentamiento a Prusia producto de desacuerdos sobre qué hacer con los territorios conquistados tras la guerra contra Dinamarca, dejaron a la economía austríaca muy deteriorada, y al gobierno, con su prestigio por los suelos.
Fue así como el emperador se vio obligado, finalmente, a otorgar reformas constitucionales. La victoria liberal se manifestó en cómo las provincias pudieron elegir diputados para el Parlamento Imperial.
En 1867, Austria y Hungría firmaron el Ausgleich, un tratado por el que se creaba una monarquía dual sin precedentes. Al oeste del río Leith, estaría el Imperio Austríaco, y al este, el Reino de Hungría, cada uno con su constitución y parlamento, no pudiendo ninguno intervenir en los asuntos del otro. Lo único que los unía, era un emperador común, reuniones de delegados alternadas entre Viena y Budapest, y un ministro común para las finanzas, política exterior y guerra. A partir de entonces, la constitución que los liberales impusieron al emperador permitió el florecimiento de una vida intelectual libre, aún a pesar del continuo enfrentamiento entre estos y los conservadores. Viena se convirtió en el centro científico y cultural más importante de Europa[4].
Carl Menger nació un 28 de Febrero de 1840 en la región de Galitzia, en la actual Polonia. Descendiente de una familia austríaca repleta de artesanos, músicos, funcionarios y militares, que había emigrado desde Bohemia una generación antes de su nacimiento, su padre era abogado, y su madre hija de un comerciante bohemio.
Fue hermano de Anton y Max von Menger, el primero un profesor y autor socialista, asociado a la Facultad de Derecho de la Universidad de Viena, y el segundo abogado y diputado liberal, pero sería él el destinado a pasar a la posteridad.
Tras estudiar Economía en las universidades de Praga y Viena, empezó a dedicarse al periodismo en el año 1863. Ganó pronto prestigio, escribiendo novelas y comedias, para luego renunciar, en el año 1866, a su trabajo como analista de mercados en el periódico oficial Wiener Zeitung, con el fin de preparar su examen oral para doctorarse en Derecho. Tras finalmente obtener su licenciatura en 1867, finalmente se abocó a la Economía. Cuatro años pasaron, en los que el doctor Menger se dedicó a desarrollar su teoría, que quedó plasmada, finalmente, en la obra Principios de Economía Política[5]. El libro constituía una crítica a las dos escuelas económicas principales de la época: la Escuela Clásica, y la Escuela Histórica alemana.
La primera es la que ya todos conocemos: la británica, que llegó a su culmen con Stuart Mill. Su defectuosa teoría de los precios ocasionaba problemas, pero su autoridad era indiscutida.
En cuanto a la Escuela Histórica, está nació, como fue expresado ya, en Alemania, de la mano de economistas como Adam Müller, o Friedrich List, pero los principales representantes de su forma "antigua" fueron Bruno Hildebrand, Karl Knies y Wilhelm G. F. Roscher.
Hildebrand renegaba de la idea de leyes naturales, afirmando que sólo existían leyes de evolución histórica, mientras que Knies no reconocía la validez absoluta de dichas leyes. El más cercano a los clásicos fue Roscher, quien sin embargo apoyaba el método histórico de investigación. En la década de 1870, surgió la Escuela Histórica Moderna, fundada por Gustav von Schmoller. Llamada Socialismo de Cátedra, por razones que quedarán en claro a medida que el presente texto avance, la escuela pronto logró predominancia en el mundo de habla alemana[6].
El Methodenstreit o "Conflicto del Método", es el debate que siguió a la publicación de los Principios, y que enfrentó a los alemanes con los austríacos. La epistemología económica estudia en qué consiste el conocer la producción y distribución de bienes y servicios, y cómo elaborar la información obtenida.
Es en base a un conjunto de opciones epistemológicas que el economista construye un discurso que se solidificará en una teoría económica. Esto se logrará a través de una metodología consistente en un modo particular de obrar para conocer la realidad de la economía.
En el caso de la Escuela Histórica (o en alemán, Historische Schule der Nationalökonomie), el estudio de la historia es la principal fuente de conocimiento sobre la acción humana y las cuestiones económicas, puesto que la economía depende de la cultura, siendo una unidad indivisible que no se puede separar ni en tiempo ni en espacio. En lugar de sostenerse sobre análisis centrados en la coherencia abstracta entre antecedentes y consecuentes, esta Escuela comprendió al conocimiento económico como basado en el examen empírico e histórico. Propuso, por ello, estudios de la realidad social a todos los niveles, incluyendo aspectos históricos, políticos, e incluso psicológicos. Esta escuela acabaría por influir profundamente al moderno institucionalismo, y más adelante, al neoinstitucionalismo.
En cuanto a la Escuela Austríaca, como acabó denominándose al bando de Menger, esta asumió el individualismo metodológico. Durante el siglo XIX, la Escuela de Viena (como también se la conocía), argumentó que los métodos empíricos y de análisis histórico eran defectuosos e ineficaces, abogando por la renuncia de la Economía a los métodos de las ciencias naturales, en pro de la introspección y el subjetivismo.
El eje central de este debate, fue precisamente el esencialismo (que priorizaba la esencia sobre la contingencia histórica) austríaco frente al realismo de los historicistas alemanes[7].
Dicho corto y claro, los alemanes abogaron por la extracción de conclusiones a partir de los resultados del análisis experimental e histórico, mientras que los austríacos lo hicieron a partir de pretendidos axiomas del comportamiento.
Aunque las ideas de los Principios habían pasado a segundo plano debido al Conflicto del Método, el libro había llegado a manos de varios economistas, que se encargaron de rescatarlas-
Dos alumnos de Menger, Víctor Mataja y G. Gross, publicaron obras sobre las ganancias empresariales, y otro alumno suyo, Emil Sax, teorizó sobre el método de las ciencias económicas.
Autores como Johann von Komorzynski, Hans Mayer, Robert Meyer y Eugen Philippovich von Philippsberg, también se encuentran entre los nombres destacados de la incipiente Escuela Austríaca.
Sin embargo, quienes más fama alcanzaron fueron, sin duda alguna, Friedrich von Wieser y Eugene von Böhm-Bawerk. Aunque ninguno de ellos fue alumno de Menger, recibieron su influencia por medio de los Principios.
En 1884, se publica la primera parte del libro de Böhm-Bawerk, Historia y Crítica de las Teorías del Interés, a la par de Origen y Principios del Valor, de Wieser.
De estas obras, la más influyente fue la de Wieser, pero dos años después, Böhm-Bawerk publicó los Fundamentos de la Teoría del Valor Económico, que según Hayek, otro economista austríaco, fue de las obras que más ayudaron a difundir la teoría de la utilidad marginal.
Con el paso del tiempo, Wieser se apartaría del pensamiento austríaco, para acabar acercándose a la Escuela de Lausanne.
En cuanto a Böhm-Bawerk, fue él quien mantuvo el enfoque mengeriano en la teoría del valor. En 1889 se publica la Teoría Positiva del Capital, segunda parte de su libro, y en 1898, expone nuevamente la teoría del valor y de los precios en El Cierre del Sistema Marxista, que consistió en una refutación integral a tal teoría, en particular, a las múltiples contradicciones del primer volumen de Das Kapital.
Böhm-Bawerk, fue en su tiempo más conocido por su teoría del interés, lo cual es ciertamente lamentable, teniendo en cuenta que esa presentaba ciertas contradicciones que el mismísimo Menger se encargó de señalar.
Profesor de la Universidad de Innsbruck, el clima desfavorable lo llevó a abandonar su puesto cuando le ofrecieron un empleo en el Ministerio de Hacienda de la ciudad de Viena.
Tras abandonar la función pública algún tiempo después, dirigió un seminario en la Universidad local. Las reuniones se daban todos los Viernes a las cinco de la tarde, y duraban una hora y media. Contaban, en promedio, con una audiencia de cincuenta personas, y el grupo tenía incluso su propia biblioteca. Casi todos los miembros eran ex-alumnos de Menger o de él mismo, y rara vez tomaba el papel de profesor, siendo más un coordinador que otra cosa.
Entre los miembros destacados del mismo, se puede contar a Otto Bauer y Joseph Alois Schumpeter.
Sin embargo, aquél cuyo nombre alcanzaría más reconocimiento sería Ludwig von Mises, el gran continuador de la línea mengeriana.
Mises obtuvo su doctorado en 1906, e ingresó casi de inmediato como profesor ad honorem en la Universidad de Viena. El nivel de enseñanza de la misma había caído muchísimo. En su tiempo, el profesor Mises incluso recordó como había debido convencer a un comité examinador de reprobar a un candidato a Master que creía que Karl Marx había vivido en el siglo XVIII.
En 1920, motivado por esta situación, abrió un seminario en la Cámara de Comercio, del que llegaron a salir científicos de renombre internacional. De entre ellos, saldría incluso el que llegaría a ser su sucesor: Friedrich von Hayek, de quien hablaremos más adelante.
Entre 1918 y la ocupación de Austria por la Alemania de Hitler, las secuelas de la guerra aún se hacían notar, pese a lo cual la vida intelectual era activa e interesante.
Sin embargo, esto también terminó con la ya mencionada ocupación, en 1938, a lo que Mises procedió a recomendar a sus alumnos que abandonaran el país mientras les fuera posible. Él mismo emigraría a los Estados Unidos en 1940, debido a la persecución nazi. Por su parte, Hayek se trasladó a Londres.
En 1948, Mises inició un seminario en la Universidad de Nueva York, que dictó hasta 1969. Fue de aquí que surgieron los más grandes continuadores del pensamiento mengeriano en los Estados Unidos.
De Mises, puede decirse que fue el pensador que más consecuencias lógicas extrajo del pensamiento austríaco. Además, fue el primero en publicar un tratado de Economía: el famoso La Acción Humana.
El pensamiento misesiano puede resumirse en dos puntos: que la economía es parte de una ciencia mayor llamada praxeología o "ciencia de la acción", y la idea de que la Economía tiene el carácter de ciencia apriorística (es decir, que no depende de la evidencia sino de axiomas), como la Matemática o la Lógica, y no experimental o experiencial.
Es dentro de este pensamiento que podemos encontrar, también, las bases de dos tesis fundamentales dentro del pensamiento austríaco moderno: la imposibilidad del cálculo económico, y por tanto, de la eficiencia administrativa en el socialismo, y la teoría del ciclo económico.
El teorema de la imposibilidad del cálculo económico en el socialismo fue el que más revuelo causó en su tiempo. Aunque el planteo de Mises no era del todo original, es suyo el mérito de haber obligado a los socialistas a atender el problema[8].
En resumen, este teorema establece que el sistema de precios en una economía es un sistema de transmisión de información, que en el socialismo desaparece por completo. Empiezo esta explicación con el ejemplo que utiliza el economista argentino Ivan Carrino en su artículo titulado El Cálculo Económico en el Socialismo. Un debate: supongamos que soy un vendedor de artículos electrónicos, y que un día decido empezar a producir equipos de reproducción de cassettes de audio. Como es obvio para cualquiera en este mundo moderno, lo más probable es que mi inversión sea un fracaso, y esto me servirá de demostración de que el público no está interesado en esta clase de productos, y de que por tanto, y a menos que quiera morir de inanición, debo cambiar el destino de mis inversiones.
En una economía socialista, este sencillo ejercicio es simplemente imposible de hacer, puesto que existe un sólo ente vendedor, una sola entidad que coloca los precios.
En términos más complejos (a la vez que más precisos), la inexistencia de un método para medir la valoración subjetiva de los bienes, dificulta hasta la imposibilidad en una economía controlada por el Estado la medición de las necesidades de los consumidores[9].
Esta explicación del fracaso del modelo soviético puede parecer boba, pero es la mejor de la que disponemos para explicar, por ejemplo, como en la Polonia comunista el pan valía menos que el trigo, o porqué los socialistas pensaron en su momento que cuando el comunismo finalmente triunfara en el mundo, debería mantenerse a Nueva Zelanda como un reducto capitalista para mantener actualizados los precios[10].
La teoría austríaca del ciclo económico (TACE, en adelante), por su parte, postula una controvertida explicación a las crisis del capitalismo, considerada por muchos economistas como ya refutada.
Por citar un ejemplo, podríamos traer a colación a Milton Friedman, quien sobre ella se expresó duramente, diciendo:
Creo que la teoría del ciclo de negocios de la escuela austríaca ha hecho al mundo una gran cantidad de daño. Si retrocedes hasta los años treinta, que fue un momento clave, tenías a los austríacos en Londres, a Hayek y a Lionel Robbins, diciendo que teníamos que dejar caer el mundo hasta el mismísimo fondo. Que tenías que dejar que se curara solo. Que no podías hacer nada sobre eso. Que sólo lo empeorarías. Tenías a Rothbard diciendo que era un gran error no dejar que el sistema financiero colapsara. Pienso que al animar a realizar estas políticas de no hacer nada tanto en Gran Bretaña como en Estados Unidos, hicieron auténtico daño[11].
La conclusión de que esta teoría se contradecía con la evidencia la sacó tras estudiar, entre otras cosas, la influencia de la cantidad de dinero en el ciclo económico dos veces: una en 1969[12], y la otra en 1993. Según Friedman, no existe una correlación entre la intensidad de un período de expansión económica, y la de la crisis subsiguiente. Lo que sí existe, y lo plasmó Friedman en su Plucking Model, es el efecto inverso: una crisis mediana se sigue de una recuperación mediana, y una intensa, de una recuperación igualmente intensa[13]. Las causas de esto son hasta la fecha desconocidas, pero se han planteado varias hipótesis.
La Escuela Austríaca desde Friedrich Hayek hasta la actualidad
Aparte de un artículo en que expuso su visión, Mises publicó también, en 1922, Die Gemeinwirtschaft: Untersuchungen über den Sozialismus, traducido al español como "Socialismo: un análisis económico y sociológico"[14].
Mises respondió, en forma inmediata, a las críticas de los autores socialistas en dos ocasiones, y sus últimos comentarios sobre el tema aparecieron en La Acción Humana.
Quién se encargó de responder de manera sistemática a las soluciones planteadas por los autores socialistas fue Hayek, habiendo dedicado los capítulos II a IX de Individualismo y Orden Económico al tema.
La personalidad de Mises se caracterizaba por su intransigencia, siendo conocido en su tiempo por defender sus conclusiones teóricas aún a costa de la impopularidad.
Era también sumamente exigente en cuanto a los conocimientos que, según él, debía tener un economista. Consideraba que nadie podía serlo eficientemente a menos que supiese de física, biología, matemáticas, historia y jurisprudencia. También demandaba un buen manejo de idiomas.
Friedrich von Hayek es, con certeza, uno de los más destacados discípulos de Mises, esto pese a que su formación base no provino de la ortodoxia austríaca, sino que fue alumno de Wieser, hasta el punto de, en sus propias palabras, nunca ser capaz de abandonar su influencia, razón por la cual siempre simpatizó con el socialismo fabiano.
Algunos años tras su graduación, Mises necesitaba un abogado formado en Economía. Fue así como, carta de presentación de Wieser de por medio, Mises entró en contacto con él: iniciaba el enfrentamiento entre un socialista fabiano y un liberal intransigente. A pesar del inicial desprecio de Mises, este acabó por aceptarlo, comenzando la que podríamos considerar la etapa más importante en la vida académica del señor Hayek.
Fue miembro del Privat-Seminar de Mises en la Cámara de Comercio Austríaca hasta el año 1931, cuando fue contratado por la London School of Economics, en que permaneció hasta principios de los 60. Entre 1962 y 1969 enseñó en la Universidad de Friedburg, para finalmente regresar a Austria, donde se desempeñó como profesor visitante en la Universidad de Salzburgo.
Sus desarrollos intelectuales pueden dividirse en diversas etapas. En principio, se concentró en dos puntos en especial dentro de las cuestiones económicas: el primero de ellos, es la explicación del proceso de coordinación mercantil basada en el reconocimiento del saber imperfecto por parte de los individuos, y por ende, de errores en las predicciones, que fue expuesta en Individualismo y Orden Económico, obra en la cual, además de quedar claramente expuestas las diferencias con las escuela de Lausanne y Cambridge, Hayek realizó un importante esfuerzo para consolidar las ideas de Mises en torno a la imposibilidad del socialismo.
El segundo tema por el que Hayek es reconocido hasta el día de hoy, es la cuestión monetaria y su relación con la teoría austríaca del ciclo económico. Sobre el mismo, escribió tres libros: Prices and Production (1931), Monetary Theory and the Trade Cycle (1933) y Profits, Interest and Investment (1939). Estas obras, por el momento histórico en que fueron escritas, pueden considerarse una respuesta a la Economía keynesiana, un debate en que Keynes terminó por prevalecer.
Aunque el mundo se volvió keynesiano recién con la publicación de La Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero en 1936, no sería justo dejar de reconocer que su trabajo consistió, más que en una innovación, en una explicación, o si se quiere, una justificación teórica de lo que los gobiernos fuera de la Unión Soviética llevaban haciendo desde la Gran Depresión[15].
El keynesianismo básicamente sostenía (y sigue sosteniendo) que la inversión por parte del Estado en momentos de crisis podría detener el círculo vicioso del desempleo. El razonamiento de Keynes, fue el siguiente: toda empresa requiere de ganancias para poder generar nuevas inversiones, y mantener las existentes. Cuando los ingresos se reducen, luego, estas deberán reducir su plantel, hasta el punto de producir un mayor número de desempleados, que tampoco podrán consumir. Los pobres no gastan. Esto, eventualmente, generará un ciclo de pobreza, que impedirá a las economías capitalistas salir de las crisis, o al menos, limitará su capacidad de reacción.
Contra esto, Keynes proponía medidas anticíclicas, contrarias al ciclo, en que el Estado, en lugar de ahorrar, gaste, generando nuevos empleos por medio de grandes inversiones[16].
Hayek no se limitó a analizar aspectos económicos, sino que también realizó un estudio de las instituciones sociales, argumentando que ninguna mente individual puede captar todos los aspectos de una sociedad, que sólo la libertad puede garantizar un orden en que se satisfagan la mayor cantidad de necesidades particulares. Esto lo defendió en dos de sus obras, The Constitution of Liberty (1960) y Law, Legislation and Liberty, que tuvo tres volúmenes, en 1973, 1976 y 1979.
En estos libros, Hayek también examinó las instituciones y leyes necesarias para una sociedad libre.
Ya para terminar, el profesor Hayek estudió también la epistemología, e incluso la psicología.
En The Counter-Revolution of Science (1962), explica la clásica tesis austríaca que reza que el método de las ciencias naturales fue aplicado a las sociales sin tener en cuenta la diferente naturaleza del problema social con respecto al natural.
Sus posturas psicológicas se pueden hallar en The Sensory Order (1962), en que defendió que la percepción sensorial es un acto de clasificación, no en base a un orden preexistente, sino a priori por parte de la mente humana.
Hayek, a la inversa que Mises, siempre se caracterizó por su impecable trato hacia sus rivales ideológicos, lo cual favoreció su popularidad hasta el punto de ganarle el Premio Nobel de Economía junto al progresista Gunnar Myrdal en 1974[17].
Desde los últimos 25 años del siglo XX y hasta la actualidad, a partir del Nobel de Hayek, y el descrédito del keynesianismo a causa de la crisis de 1973, se vio un nuevo auge del pensamiento austríaco, con la aparición de una nueva generación de economistas que así se denominan en diversas universidades de los Estados Unidos, hasta el punto en que se han observado tres grandes tendencias en el pensamiento austríaco: la praxeológico-misesiana, la hayekiana, que pone el énfasis en el descubrimiento y el conocimiento más que en la acción y la elección, y el nihilismo de Ludwig Lachmann[18].
A nivel puramente político, la mayoría de ellos son libertarios, que resumen la moralidad y/o la vida política en tres derechos pretendidamente naturales, la vida, la libertad y la propiedad privada, que pueden dividirse a su vez en minarquistas (que abogan por un gobierno limitado, sin intervención en la economía) y anarcocapitalistas (que persiguen la extinción del Estado), siendo el creador de este último grupo el economista Murray Rothbard.
Bibliografía
1. Barradas, César R. "Historia del Liberalismo." Páginas 8-9: https://www.uv.mx/personal/cebarradas/files/2012/09/LIBERALISMO.pdf
2.Raico, Ralph. "Benjamin Constant: extraordinario liberal francés." Ver informe completo en: https://mises.org/es/library/benjamin-constant-extraordinario-liberal-franc%C3%A9s
3.Barradas, César R. "Historia del Liberalismo." Páginas 9-10: https://www.uv.mx/personal/cebarradas/files/2012/09/LIBERALISMO.pdf
4.Cachanosky, Juan Carlos. "La Escuela Austríaca de Economía." Páginas 1-2: http://www.hacer.org/pdf/cacha.pdf
5.Salerno, Joseph T. "Biografía de Carl Menger: El fundador de la Escuela Austriaca (1)". Ver informe completo en: https://www.mises.org.es/2016/10/biografia-de-carl-menger-el-fundador-de-la-escuela-austriaca-1/
6.Cachanosky, Juan Carlos. "La Escuela Austríaca de Economía." Página 3:http://www.hacer.org/pdf/cacha.pdf
7.Jeannot, Fernando. "El conflicto del método": https://www.redalyc.org/jatsRepo/413/41355807004/html/index.html
8.Cachanosky, Juan Carlos. "La Escuela Austríaca de Economía." Páginas 5-7: http://www.hacer.org/pdf/cacha.pdf
9.Carrino, Iván. "El cálculo económico en el socialismo. Un debate." Página 4: https://www.ivancarrino.com/wp-content/uploads/2014/04/Es-posible-el-socialismo.pdf
10.Anxo Bastos, Miguel. Conferencia: "Comparación entre capitalismo y socialismo". Minuto 13:08. Ver conferencia completa en: https://newmedia.ufm.edu/video/comparacion-entre-capitalismo-y-socialismo/
11.Friedman, Milton. "Mister Market". Ver informe completo en: https://www.hoover.org/research/mr-market
12.Friedman, Milton. "“The Monetary Studies of the National Bureau, 44th Annual Report”. The Optimal Quantity of Money and Other Essays." Ver informe completo en: https://books.google.es/books?id=DZ9OTS6LbEcC&pg=PA261&dq=The+Monetary+Studies+of+the+National+Bureau,+44th+Annual+Report&hl=es&ei=aBGFTMYvk6840I34zwg&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=1&ved=0CCgQ6AEwAA#v=onepage&q=The%20Monetary%20Studies%20of%20the%20National%20Bureau%2C%2044th%20Annual%20Report&f=false
13.Friedman, Milton "The ‘Plucking Model’ of Business Fluctuations Revisited." Ver informe completo en: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/j.1465-7295.1993.tb00874.x
14.Van Sickle, John V. "Reviewed Work: Die Gemeinwirtschaft, Untersuchungen uber den Sozialismus by Ludwig Mises". Ver informe completo en: https://www.jstor.org/stable/1804583?seq=1#metadata_info_tab_contents
15.Cachanosky, Juan Carlos. "La Escuela Austríaca de Economía". Páginas 7-8: http://www.hacer.org/pdf/cacha.pdf
16.Rivas Sánchez, Gaspar Alberto. "La teoría económica de John Marynard Keynes y su influencia práctica en los Estados Unidos de América, Alemania y Chile". Ver informe completo en: http://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/115205/de-rivas_g.pdf?sequence=1
17.Cachanosky, Juan Carlos. "La Escuela Austríaca de Economía." Páginas 9-10. Ver informe completo en: http://www.hacer.org/pdf/cacha.pdf
18.Jaramillo, Alberto. "La escuela austriaca de economía. Una nota introductoria". Ver informe completo en: https://www.mises.org.es/2018/05/la-escuela-austriaca-de-economia-una-nota-introductoria/
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