Es imposible entender a la Escuela de Economía de Chicago, la más científica de las escuelas liberales, sin la figura de Milton Friedman, uno de los hombres que -para sorpresa seguramente de alguno de los lectores- más he llegado a admirar.
Nacido un ya lejano 31 de Julio del año 1912, en Brooklyn, Nueva York, era miembro de una familia centroeuropea. Sus padres se trasladaron a los Estados Unidos en su adolescencia, para conocerse en ese mismo Estado, para luego establecerse en Rahway, un pequeño pueblo a 30 kilómetros de la ciudad de la enorme urbe neoyorkina, donde su madre administró una tienda minorista, a la par que su padre ejecutaba diversos trabajos, con éxitos más que moderados.
Su familia nunca fue rica, pero en líneas generales, jamás sufrieron penalidades económicas.
Asistió a escuelas primarias y secundarias públicas, graduándose en la Rahway High School, en el año 1928.
Desgraciadamente, su padre falleció durante su último año de secundaria, lo cual no impidió, ni a nivel personal ni económico, que el joven Milton persistiera en su propósito de asistir a la universidad.
Se le otorgó una beca por sus méritos académicos en la Universidad Rutgers, en la que se graduó en 1932. Aunque inicialmente se especializó en Matemáticas con el fin de dedicarse a las ciencias actuariales, pronto se interesó por la Economía, hasta conseguir titulación en ambos campos.
Tuvo, en materia económica, la fortuna de estar expuesto a la influencia de dos economistas notables: Arthur F. Burns, quien enseñó en Rutgers mientras elaboraba su tesis doctoral, y Homer Jones, que impartió clase mientras realizaba su trabajo de posgrado para la Universidad de Chicago.
Burns influyó su comprensión de lo que es la investigación en Economía, y fue una influencia en su carrera posterior. En cuanto a Jones, fue él quien le introdujo a la teoría económica más rigurosa.
Gracias a su recomendación, Friedman recibió una beca de matrícula del Departamento de Economía de Chicago. Aunque también la Univesidad de Brown le había ofrecido una beca en matemáticas aplicadas, para ese punto ya había decidido seguir carrera en el mundo de la Economía.
Tras un año en Columbia, regresó a Chicago, donde fue asistente de investigación de Henry Schultz, para el libro The Theory and Measurement of Demand. Para el futuro de lo que sería la Escuela de Chicago, y su propio futuro en el ámbito académico, fue también relevante la amistad que formó con dos de sus compañeros de universidad, George Stigler y Allen Wallis.
En el año 1935, trabajó en el Comité de Recursos Nacionales, en un estudio sobre el presupuesto del consumidor que estaba en marcha. Fue así como consiguió uno de los componentes fundamentales de su posterior teoría de la función de consumo. El otro, vino de su trabajo en la Oficina Nacional de Investigación Económica, a la que se incorporó en 1937 para colaborar con Simon Kuznets en sus estudios de ingresos profesionales. El resultado final, fue el libro Ingresos de la Práctica Profesional Independiente, que también le fue útil como disertación doctoral en la Universidad de Columbia.
Aunque se finalizó hacia 1940, su publicación se retrasó hasta el final de la guerra debido a la controversia entre ciertos directores de la Oficina en cuanto a los resultados, que establecían que los poderes del monopolio de la profesión médica habían aumentado de manera sustancial los ingresos de los médicos en relación a los dentistas.
Científicamente hablando, ese libro introdujo la noción de ingresos permanentes y transitorios.
Según sus propias narraciones, el catalizador para combinar su trabajo sobre el consumo con el análisis del ingreso en ingresos profesionales en la hipótesis del ingreso permanente, fue una serie de conversaciones con su esposa y dos de sus amigas, las cuales estaban trabajando en aquél momento en el consumo.
Un hecho curioso sobre Friedman, es que tuvo inicios más bien alejados de la materia por la que ganaría (todavía más) fama y fortuna. Sus primeros aportes fueron en el campo de la estadística matemática, en que, en 1937, produjo uno de los trabajos fundacionales sobre el análisis de variaciones de series numéricas, y pionero en el campo de los métodos no paramétricos.
Sin embargo aunque estos aportes fueron importantes, siempre estuvieron subordinados a su interés por la Economía empírica. Friedman era de la idea de que en la ciencia económica las hipótesis tentativas debían ser puestas a prueba comparando la teoría con la realidad concreta, siendo esta una mera forma de ordenar supuestos e implicaciones lógicas, que sólo adquiere credibilidad al demostrarse que no son inconsistentes con las evidencias. Se aprecian aquí sus diferencias con la metodología austríaca.
De 1941 a 1943, trabajó en el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, en materia impositiva durante la guerra, y de 1943 a 1945 en la Universidad de Columbia, en un grupo dirigido por Harold Hotelling y W. Allen Wallis, como estadístico matemático en problema de diseño de armas, estrategia militar y diseño metalúrgico.
En 1945, trabajó en la Universidad de Minnesota. Tras un año allí, aceptó una oferta de la Universidad de Chicago para enseñar teoría económica. Este sería su hogar intelectual hasta el día de su muerte.
Fue en este año que Arthur Burns le convenció de volver a la Oficina Nacional y encabezar su estudio sobre el papel del dinero en los ciclos económicos.
El dúo dinámico de Chicago y la Oficina le granjeó amplios beneficios. En Chicago, estableció su Taller en Dinero y Banca, que permitió que los estudios monetarios sean un conjunto de trabajo acumulativo al que muchos han contribuido. En la Oficina, por su parte, colaboró con Anna J. Schwartz, quien aportó sus conocimientos de historiadora económica.
Su trabajo sobre la historia y las estadísticas monetarias fue complementado por estudios empíricos, así como por los desarrollos de su Taller.
En 1950, estuvo en Francia como asesor de la agencia gubernamental americana que administraba el Plan Marshall. Su tarea principal fue analizar el Plan Schuman, precursor del Mercado Común. Aquí nació su interés en los tipos de cambio flotantes, que lo llevaron a concluir que un mercado necesariamente se hundirá sin ellos. El resultado de esta experiencia, fue su ensayo The Case for Flexible Exchange Rates, de 1953.
A principios de la década de 1960, se involucró cada vez más en la política, sirviendo como asesor del senador Goldwater en su (fracasada) búsqueda por la presidencia en 1964. En 1968, sirvió en el comité de asesores económicos durante el ascenso de Richard Nixon. Sin embargo, siempre rechazó las ofertas de puestos de tiempo completo en el sector político.
En 1976, se le concedió el Premio de Ciencias Económicas del Banco de Suecia en Memoria de Alfred Nobel (como en realidad se llama ese premio), por sus estudios en cuanto a análisis del consumo y teoría monetaria, y por su demostración de la complejidad de la política de la estabilización.
En 1977, llegado a los 65 años, se retiró de la docencia en Chicago, para cambiar su lugar de trabajo académico a la Institución Hoover, donde continuó siendo investigador principal.
Poco después de llegar a California, se le planteó la oportunidad de producir un programa de televisión que presentara su filosofía económica y social. El resultado fue Libre para Elegir, diez programas de una hora, media en formato documental y media de discusión. Tras su primera emisión en Enero de 1980, la serie ganó fama en más de un país. La versión en libro de Free to Choose, fue la obra de no ficción más vendida de 1980.
Las tendencias monetarias de los Estados Unidos y el Reino Unido fueron publicadas en 1982, siendo el principal producto de su colaboración con Schwartz, que duró más de tres décadas.
Milton Friedman fue asesor no oficial de Reagan (el actor devenido en presidente norteamericano) durante su candidatura en 1980, así como miembro de la Junta Asesora de Política Económica durante su presidencia. En 1988, el ya presidente Ronald Reagan le otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad, y en se le concedió la Medalla Nacional de Ciencia. Viajó extensamente, incluyendo un viaje a Europa Oriental en 1990, para filmar un documental sobre los antiguos satélites soviéticos, que acabó por incluirse en la versión abreviada de Libre para Elegir.
Su último gran acto con el fin de beneficiar a la humanidad, fue establecer la Milton y Rose D. Friedman Foundation en 1996, con el objetivo de promover la libre elección de los padres en cuanto a la educación de sus hijos.
Falleció de un ataque cardíaco en Noviembre de 2006, con 94 años de edad[1], habiendo sido el economista más destacable del último cuarto del siglo XX.
Teoría económica de Milton Friedman
Si el período previo a los setenta, entre el 45 y el 73 fue la Era Keynes, el actual puede definirse fácilmente como la Era Friedman. Friedman no sólo contribuyó a desplazar la Economía keynesiana (para bien o para mal), sino que tuvo una muy profunda incidencia política con su obra Capitalismo y Libertad, de 1962, en que relacionó ambos conceptos. Con respecto a esto, Lawrence Summers, en su notable elogio a Friedman, The Great Liberator, publicado en The New York Times en 2006, nos dice que "no hace mucho todos éramos keynesianos. De igual forma, cualquier demócrata honesto admitirá que ahora todos somos friedmanianos".
Incluso, no falta quien acusa a la así llamada "Economía neokeynesiana", gran "rival" de la nueva macroeconomía clásica, de ser una suerte de combinación de expectativas racionales con competencia imperfecta y rigideces de precio y salario, lo que Thomas Palley hadado en llamar "una nueva Economía pigoviana", en referencia a Arthur Pigou, rival intelectual de John Marynard Keynes en Cambridge en los años 30, debido a su énfasis en las imperfecciones del mercado, lo que básicamente significaría que tiene más que ver con Friedman que con Keynes.
Metodología
Siendo ante todo un monetarista, Friedman tuvo un destacable impacto en la comprensión que de la ciencia económica tienen los economistas, en buena medida gracias a su ensayo The Methodology of Positive Economics, de 1953.
Su marco metodológico descansa en la división entre Economía positiva, que determina "lo que es" (teoría económica), y Economía normativa, que analiza "lo que debería ser" (economía política).
Así, mientras la primera no presenta valoración moral alguna, estudiando sólo los hechos, cual físico estudiando partículas subatómicas, la segunda sí que depende de y a la vez plantea objetivos morales.
El segundo punto importante en esta perspectiva metodológica, es la no pertinencia de la realidad en el análisis económico. La pregunta, según Friedman, no es si los supuestos económicos de una teoría son realistas, ya que nunca lo son. Lo que importa, es si son aproximaciones realmente útiles para los propósitos en cuestión. Básicamente, si la teoría sirve. Esto quiere decir, por ejemplo, que no importa si la gente es perfectamente racional, si la economía actúa como si lo fuera[2].
A partir de aquí y siguiendo el análisis de Alan Musgrave en 1981 sobre el instrumentalismo de Friedman, puede distinguirse tres tipos de presuposiciones: en primer lugar, están las desdeñosas, aquellas que afirman que algún aspecto de la realidad tiene poco o ningún efecto en el fenómeno a estudiarse. Estas son de las menos relevantes, ya que si el fenómeno ignorado es irrelevante, no afecta a la teoría. El peligro está en desdeñar un fenómeno de manera generalizada, lo cual puede llevar a ignorar circunstancias que afecten nuevas teorías.
En segundo lugar, podemos citar a las presuposiciones de dominio. Estas especifican las condiciones de aplicación de una teoría particular. Si estas no se dan, la teoría no se aplica.
Son este tipo de presuposiciones las más utilizadas por Friedman, y esa es una de las razones por las que ha sido criticado.
En muchas ocasiones, especialmente en la aplicación de políticas concretas en países subdesarrollados, no se parte de un cuerpo teórico para después adaptarlo a las circunstancias concretas, sino a la inversa: adaptar las circunstancias a la teoría, lo cual, según sus críticos, tiene resultados desastrosos. Un ejemplo típico es la famosa frase de Friedman, "la inflación es siempre un fenómeno monetario". Incluso aceptando esto como cierto, en cada episodio de inflación hay aspectos secundarios que deben ser tenidos en cuenta.
Las proposiciones heurísticas son aquellas que se sabe que son falsas, pero son utilizadas como primer paso para una teoría más general. Como ejemplo, Musgrave pone la de Newton, según la cual el Sistema Solar se componía de sólo el Sol y la Tierra, lo cual lo llevó a concebir que los planetas seguían órbitas elípticas.
Las proposiciones heurísticas son muy útiles cuando se desarrollan con racionalidad, o por el contrario, se descartan. Siguiendo con el ejemplo anterior, la afirmación de que la oferta monetaria es la única causa de la inflación sería un buen punto de partida, más no de destino.
Uno de los objetivos de Friedman fue el igualar la categoría de la Economía a la de una ciencia formal como la Física. Sin embargo, según quienes le critican, estuvo lejos de tener éxito[3].
Según Palley, la combinación de ambos elementos ha servido para escudar a la Economía contra críticas externas, aunque en mi opinión personal, el primero puede no ser tan problemático en sí mismo. La idea, es que la noción de una Economía positiva sirve para proteger a la Economía moderna de la acusación de estar altamente politizada. Esto puede darse, aunque no me consta que los economistas actúen efectivamente con tal deshonestidad intelectual.
Monetarismo
El monetarismo es la consolidación de los primeros trabajos de Friedman en materia de macroeconmía monetaria, además de ser la teoría que lo lanzó a la palestra mundial como teórico de la macroeconomía, cuyas bases asentó en la Historia Monetaria de los Estados Unidos[4].
A continuación, expondré los trece puntos en que puede resumirse la teoría monetarista según Marcos Iglesias Alonso, que serán copiadas de forma casi literal (a excepción de aquellas partes en que sea necesario realizar aclaraciones).
1.Hay una relación coherente, aunque no precisa, entre la tasa de crecimiento de la masa monetaria y la del ingreso nominal (la cantidad concreta de dinero que se gana, sin considerar la inflación). Es decir, que el crecimiento del monto total de dinero existente tendrá un efecto significativo sobre cómo de rápido crecerá el ingreso nominal. Si la masa monetaria crece rápidamente, también lo hará el ingreso nominal, y a la inversa.
2.Esta relación no es evidente a simple vista porque los cambios en el crecimiento monetario tardan en afectar el ingreso y el tiempo que tardan varía. La tasa de crecimiento monetario actual no está en muy estrecha relación con la tasa de crecimiento actual del ingreso. El crecimiento del ingreso hoy depende de lo que sucedió con el dinero en el pasado. Lo que sucede con el dinero hoy afecta a lo que va a suceder con el ingreso en el futuro
3.En promedio, un cambio en la tasa de crecimiento monetario produce un cambio en la tasa de crecimiento nominal entre 6 y 9 meses más tarde.
4.Los cambios en la tasa de crecimiento del ingreso nominal típicamente se reflejan antes en la producción que en los precios. Si la tasa de crecimiento monetario se reduce, de unos seis a nueve meses, más tarde las tasas de crecimiento del ingreso nominal y de la producción física descenderán. Sin embargo, la tasa de aumento de los precios se verá poco afectada. Habrá una presión hacia abajo sobre los precios solo a medida que aparezca una brecha entre la producción actual y la potencial.
5.De media, el efecto sobre los precios se produce entre 6 y 9 meses después del efecto sobre el ingreso y la producción, así que la demora total entre un cambio en el crecimiento monetario y un cambio en la tasa de inflación es en promedio de 12 a 18 meses. Por eso es necesario trabajar mucho tiempo para detener una inflación que ha comenzado.
6.Incluso tomando en cuenta la demora en el efecto del crecimiento monetario, la relación está lejos de ser perfecta. Se producen bastantes accidentes entre el cambio monetario y el cambio en el ingreso.
7.En el corto plazo, de cinco a diez años, los cambios monetarios afectan principalmente la producción. Por otro lado, midiendo por décadas, la tasa de crecimiento monetario afecta primordialmente a los precios. Lo que sucede con la producción depende de los factores reales.
8.De lo anterior se deduce que la inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario en el sentido en que sólo puede ser producida por un aumento más rápido de la cantidad de dinero que de la producción. Sin embargo, existen muchas razones posibles de crecimiento monetario, tanto gubernamentales como meramente materiales.
9.El gasto gubernamental puede o no ser inflacionario. Claramente será inflacionario si se financia creando dinero, es decir, imprimiendo moneda o creando depósitos bancarios. Si se financia con impuestos o con préstamos tomados del público, el principal efecto es que el gobierno gasta los fondos en vez del contribuyente o en vez del prestamista o en vez de la persona que hubiera pedido prestado los fondos en su lugar. La política fiscal es extremadamente importante en la determinación de qué fracción de ingreso nacional total será gastada por el gobierno y quién carga con el peso de ese gasto. En sí misma, no tiene importancia en relación con la inflación.
10.Una de las cosas más difíciles de explicar en forma simple es la manera en que un cambio en la cantidad de dinero afecta al ingreso. Generalmente el efecto inicial no se da para nada sobre los ingresos, sino sobre los precios de los bienes existentes. Este efecto de liquidez, al que Keynes dio especial relevancia, es un efecto en el balance, no en la cuenta de ingresos. Se produce a través de operaciones a mercado abierto o de otras maneras, y aumenta la cantidad de efectivo que la gente y las empresas tienen en relación a otras formas de capital. Los tenedores del efectivo tratarán de ajustar sus carteras con otros activos, pero los gastos de un individuo son los ingresos de otros individuos. Toda la gente junta no puede cambiar la cantidad de efectivo que tienen todos, solamente las autoridades monetarias pueden hacerlo, sin embargo a medida que la gente intenta cambiar sus balances de efectivo, el efecto se va extendiendo de un activo a otro. Esto tiende a aumentar los precios de los activos y a reducir las tasas de interés, lo que alienta el gasto para producir nuevos activos y también el gasto en servicios corrientes en vez de en la compra de activos existentes. Así es como el efecto inicial sobre los balances se traduce en un efecto sobre el ingreso y el gasto. En esta área la diferencia entre los monetaristas y los keynesianos no es en cuanto a la naturaleza del proceso, sino en cuanto a la gama de activos que se toman en consideración. Los monetaristas insisten en que debe tomarse en cuenta una gama mucho más amplia de activos y tasas de interés. Le dan importancia a activos tales como los bienes de consumo duraderos y semiduraderos, estructuras y otras formas de propiedad real. El resultado es que consideran a las tasas de interés del mercado, a las que los keynesianos dan mucha importancia, solo como una parte pequeña del espectro total de tasas que son relevantes.
11.Un aspecto importante de este mecanismo es que un cambio en el crecimiento monetario afecta a las tasas de interés en una dirección al principio, pero más tarde en la dirección opuesta. El crecimiento monetario más rápido al principio tiende a bajar las tasas de interés. Pero más tarde, a medida que aumenta el gasto y estimula la subida inflacionaria de precios, también produce un aumento en la demanda de préstamos, lo que tenderá a aumentar las tasas de interés. Además, los precios en aumento introducen una discrepancia entre las tasas de intereses reales y nominales.
Esa es la razón por la cual a nivel mundial las tasas de interés son más altas en los países que han tenido el aumento más rápido en la cantidad de dinero y también en los precios, cómo por ejemplo países como Chile, Corea o Brasil. En la dirección opuesta, una tasa de crecimiento monetario más lenta al principio eleva las tasas de interés pero más tarde, que reduce el gasto y la subida inflacionaria de los precios, hace caer las tasas de interés. Esa es la razón por la cual a nivel mundial las tasas de interés son más bajas en los países que han tenido tasas de crecimiento más lenta en la cantidad de dinero, como por ejemplo países como Suiza y Alemania. Esta relación de doble filo entre el dinero y las tasas de interés explica porque los monetaristas insisten en que las tasas de interés son un punto de referencia muy engañoso para la política monetaria.
12.La inflación es un fenómeno monetario que se produce cuando la cantidad de dinero crece más deprisa que la producción, aunque las causas de esta aceleración monetaria pueden ser diversas. En el mundo actual, es la autoridad económica quien determina o está en condiciones de determinar la cantidad de dinero. Sólo hay un remedio para la inflación: contener la tasa de crecimiento de la cantidad de dinero. Se necesita un tiempo, que no se mide en años sino en meses, para que se desarrolle la inflación y lo mismo para frenarla. Los efectos desagradables de la curación son inevitables.
13.La inflación también afecta indirectamente a la presión fiscal. Esto sucede al elevarse los salarios nominales, sistema fiscal es progresivo, a medida que aumentan los ingresos se entra en tramos con una mayor carga impositiva. La inflación puede provocar una subida de impuestos encubierta, así como la reducción del poder adquisitivo debido a salarios reales más bajos[5].
Según Friedman, la economía de mercado privado es estable debido a la estabilidad de la velocidad y la demanda de dinero. Dejando de lado trastornos aleatorios, las fluctuaciones en la actividad económica se deben a fluctuaciones en el crecimiento de la oferta de dinero ocasionada por la política monetaria, lo cual vuelve a los gobiernos y sus políticas incompetentes los responsables de las fluctuaciones en la economía.
A nivel de las políticas, esto implica el reemplazo de políticas monetarias discrecionales por políticas basadas en reglas, particularmente, en un crecimiento estable de la oferta de dinero[6].
Síntesis monetarista
Procedamos, ahora, a desarrollar sintéticamente el pensamiento friedmaniano y su gran obsesión: la inflación.
Quizá la cita más famosa de Friedman es aquella que reza que la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario, que se produce cuando el volumen de dinero crece a una velocidad sensiblemente mayor que la producción. Cuanto más rápido es el incremento de la cantidad de dinero por unidad de producción, más alto es en consecuencia el índice de inflación. Según él, la teoría económica no tiene otra proposición tan bien demostrada como ésta.
Según Friedman, aunque muchos fenómenos son susceptibles de generar fluctuaciones temporales en el índice de inflación, sólo tendrán efectos duraderos si afectan al índice de crecimiento monetario.
Señala, además, que bajo los sistemas actuales de papel moneda son los gobiernos los únicos que pueden originar un excesivo crecimiento monetario y por ende inflación, por medio de los bancos centrales. En esta afirmación, también se pueden encontrar los fundamentos de la independencia de los bancos centrales.
El gasto público también es descartado como principal causa de la inflación, ya que según Friedman el aumento del mismo no produce crecimiento monetario más rápido ni una inflación elevada, siempre y cuando se haya financiado mediante impuestos o pidiendo prestado al público.
Remedios contra la inflación
En 1992, Friedman afirmó que así como la causa única de la inflación estriba en un crecimiento excesivo de la masa monetaria, su única solución radica en la limitación a este crecimiento, dependiendo de la voluntad política ejecutarla. De no hacerse y avanzar lo suficiente la enfermedad inflacionaria, la cura será necesariamente larga y dolorosa.
Cuando un país se embarca en un episodio inflacionista, los efectos iniciales parecen positivos. El aumento de la cantidad de dinero permite que se gaste más sin que nadie tenga que gastar menos. Hay más puestos de trabajo, y los negocios se agilizan.
Eventualmente, sin embargo, la aceleración del gasto empuja los precios al alza, y aparecen los efectos de la inflación: precios más altos, debilidad de la demanda, y estanflación (estancamiento e inflación combinadas).
Los efectos secundarios iniciales de limitar el crecimiento monetario son un verdadero dolor de cabeza: reducción del crecimiento económico y aumento del desempleo sin reducción de la inflación.
Los beneficios no aparecen hasta uno o dos años después, en forma de una caída de la inflación y posibilidades de crecimiento real.
Los 80's le proporcionaron a Friedman un buen ejemplo de este proceso En 1980, la Reserva Federal redujo firmemente el crecimiento de la masa monetaria. Como resultado se vio una profunda recesión y, más tarde, un descenso de la inflación. Fue en 1982 que se cambió de dirección, generando un aceleramiento de la economía, que derivó en el período de expansión más largo desde la Segunda Guerra Mundial.
Además de advertir largamente contra la inflación, Friedman dio sus consejos para controlar los efectos nocivos de medidas antiinflacionarias.
Advirtió de que no conocía ningún período inflacionario que no hubiera terminado con un bajo crecimiento económico y un desempleo más elevado de lo normal.
La idea de que no hay manera de evitar los efectos secundarios de los remedios contra la inflación se basa, así, en la evidencia empírica, pero existen formas de limitar estos efectos.
Para empezar, la inflación se debe controlar de manera gradual pero sostenida, mediante una política anunciada con antelación y mantenida fielmente para que sea creíble.
Esto, sin embargo, sólo puede hacerse con inflaciones moderadas. Las inflaciones galopantes o las hiperinflaciones requieren obligatoriamente de terapia de choque.
La razón para la gradualidad y el aviso previo estriba en dar tiempo a la población para ajustar sus previsiones. Mucha gente realiza contratos a largo plazo, en base a expectativas sobre la inflación, y al avisar sobre políticas futuras, se da tiempo para renegociarlos.
Otro método de probada eficacia, consiste en incluir en los contratos a largo plazo un ajuste automático de la inflación. De esta forma, se reduce la fase transicional y se atenúan los efectos secundarios ya citados[7].
Bibliografía
1.Iglesias Alonso, Marcos. "Milton Friedman y el monetarismo". Páginas 8-13. Ver informe completo en: https://buleria.unileon.es/bitstream/handle/10612/8686/TFG-Marcos%20Iglesias%20Alonso.pdf?sequence=1
2.Palley, Thomas I. "Economía y economía política de Friedman: una crítica desde el viejo keynesianismo". Páginas 5-6. Ver informe completo en: https://www.redalyc.org/pdf/601/60132270001.pdf
3.Iglesias Alonso, Marcos. "Milton Friedman y el monetarismo". Páginas 16-17. Ver informe completo en: https://buleria.unileon.es/bitstream/handle/10612/8686/TFG-Marcos%20Iglesias%20Alonso.pdf?sequence=1
4.Oro, Angel Martín. "Las lecciones de la Gran Depresión". Ver informe completo en: https://www.libertaddigital.com/opinion/autores-invitados/la-gran-depresion-48058/
5.Palley, Thomas I. "Economía y economía política de Friedman: una crítica desde el viejo keynesianismo". Página 15. Ver informe completo en: https://www.redalyc.org/pdf/601/60132270001.pdf
6.Iglesias Alonso, Marcos. "Milton Friedman y el monetarismo". Páginas 26-30. Ver informe completo en: https://buleria.unileon.es/bitstream/handle/10612/8686/TFG-Marcos%20Iglesias%20Alonso.pdf?sequence=1
7.Iglesias Alonso, Marcos. "Milton Friedman y el monetarismo". Páginas 30-34. Ver informe completo en: https://buleria.unileon.es/bitstream/handle/10612/8686/TFG-Marcos%20Iglesias%20Alonso.pdf?sequence=1
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