Una de las leyendas más oscuras y malintencionadas en torno al fenómeno gay, es aquella que acusa a los homosexuales de presentar una mayor tasa de abuso sexual infantil. A continuación evaluaremos la cuestión, analizando y refutando la interpretación de cada uno de los estudios (o al estudio mismo) a los que esta especie de conservadores recurren para reafirmar su posición, pero antes, es menester aclarar la terminología utilizada en los estudios, para evitar confusiones.
Cuando se habla de un "pedófilo homosexual" o "pedófilo heterosexual", se refiere a la atracción erótica del sujeto por la forma corporal de un niño, más no a la orientación sexual adulta del individuo, la cual los clasifica en "andrófilos" (atracción a varones adultos) o "ginéfilos"(atracción a mujeres adultas). Como veremos a continuación, ambos fenómenos pueden diferir respecto a sus etiologías.
El primero de ellos, es Pedophilia and heterosexuality vs. homosexuality[1](del que se extrae la cifra de un 36% de pedófilos entre los gays, por ejemplo en Metapedia[2])donde los autores investigaron si el desarrollo de la orientación sexual adulta se relaciona o es independiente del desarrollo por la preferencia de la edad en la pareja. Para ello, compararon las estimaciones de andrófílos y ginéfilos con la proporción de pedofilia heterosexual y homosexual.
Entre los análisis, se observó que la prevalencia proporcional de delincuentes contra niños varones fue del 36%. Sin embargo, de esto no se desprende la orientación sexual andrófila del perpetrador, siendo que esta no se evaluó. Si las altas tasas de abuso sexual a menores varón-varón se explicaran por un desarrollo androfílico del perpetrador, se esperaría que la proporción de pedófilos atraídos por menores sea similar a la proporción de homosexuales-adultos. Sin embargo, este no fue el caso, lo que sugiere que la alta tasa de abusos de menores varón-varón no es explicable por el desarrollo androfílico del sujeto. Dicho en castellano: una cosa es la atracción de un pedófilo hacia los niños varones, y otra muy distinta la atracción de ese mismo pedófilo hacia hombres o mujeres adultos. Por lo visto, no existe relación entre ambos conceptos.
El segundo, que surgió en replicación del primero, es Freund et al., 1992, que solventa sus limitaciones evaluando los intereses pedófilos del individuo, y llegó a resultados similares, dando apoyo a dicha conclusión. No está de más aclarar que, aunque han habido estudios que no la apoyaron, como el de Blanchard et al., 2000, de esto no se desprende una mayor tendencia en homosexuales por abusar de niños, de la misma forma en que el hecho de que haya una mayor relación entre sujetos pedófilos varón-mujer con varones ginefílicos no implica una mayor tendencia de estos para abusar de niñas.
Es más: uno de los autores del estudio, el profesor Wilson, señaló que "sería negligente si no aprovechara esta oportunidad para corregir públicamente la investigación a menudo mal citada en la que colaboré con el Dr. Freund. En 1989, nosotros (junto con Doug Rienzo) publicamos "Heterosexualidad, homosexualidad y preferencia de edad erótica" (The Journal of Sex Research, 26, 107-117) y, en 1992, publicamos "Las proporciones de pedófilos heterosexuales y homosexuales entre Delincuentes sexuales contra niños "(Journal of Sex & Marital Therapy, 18, 34-43). Con frecuencia, los cabilderos fundamentalistas citan estos artículos como prueba positiva de que los homosexuales son más propensos a molestar a los niños. Este no fue un hallazgo de nuestra investigación, punto. Lo que encontramos fue que, entre los hombres con una preferencia sexual por los niños, había una sobrerrepresentación de los hombres con una preferencia del mismo sexo. Para reiterar, entre los hombres con una preferencia sexual por los niños, diagnosticados con la prueba falométrica del Dr. Freund, hubo una mayor incidencia relativa de homosexualidad. En todas las demás investigaciones que realizamos, nunca encontramos que los hombres andrófilos (es decir, una preferencia por los hombres adultos) tuvieran un mayor interés erótico relativo en los niños que sus pares ginefílicos (es decir, una preferencia por las mujeres adultas). El Dr. Freund estaba y continuaría muy angustiado porque cualquiera de sus investigaciones contribuiría a la persecución de cualquier grupo de personas".
El tercero es el de Knight, de 1991, al respecto del cual se le preguntó si la cita era correcta, respondiendo que esta es una cita errónea. Dije que 1/3 tenía víctimas infantiles exclusivamente masculinas, 1/3 tenía víctimas infantiles tanto masculinas como femeninas, y 1/3 tenía víctimas exclusivamente femeninas. Esta declaración es precisa para aquellos que se comprometieron civilmente con el Centro de Tratamiento de Massachusetts. Tenemos los datos codificados para aquellos que fueron remitidos al centro de tratamiento, pero no comprometidos, pero aún no los he analizado. No teníamos datos precisos sobre las preferencias de adultos de ninguno de los grupos de delincuentes en el centro. Podría analizar el porcentaje de cada uno de estos grupos que se habían casado, si esta información fuera útil para usted. Nunca uso el termino.
En ausencia de una evaluación de la orientación sexual del perpetrador, no se la puede predecir en función de sus tendencias pedófilas, error en que también caen otros estudios.
El cuarto estudio, Marshall et al., 1991, ha sido criticado en sus interpretaciones conservadoras por la propia autora del estudio. En su carta a Gerry Dantone, responsable de recopilar estas citas, dice lo siguiente:
Querido Gerry, el documento que se cita en realidad no tiene nada que ver con el tema de los homosexuales, por lo que es una cita totalmente inventada[en referencia a cierta cita supuestamente extraída del estudio citada por activistas conservadores]. Estoy muy enojado porque mi nombre se ha usado para justificar tonterías homofóbicas. De hecho, la evidencia de la literatura deja en claro que los hombres homosexuales tienen, en todo caso, menos riesgo de molestar a los niños que los heterosexuales. Puede sentirse libre de colocar esta nota en el sitio web que desee. Buena suerte con su valioso trabajo. (W. L. Marshall, O.C. y PhD)[3].
A partir de este punto, empezamos con los estudios de cuestionable fiabilidad académica, como el de Paul Cameron, que asume erróneamente que todo abuso de hombres a niños implica una orientación homosexual por parte del agresor[5], además de ser Cameron una persona de dudosa integridad académica, que ha sido expulsada de varias organizaciones científicas precisamente por sesgar datos contra los homosexuales[5][6], teniendo también varias críticas por su mala metodología. A continuación, citaré algunas de ellas de parte del doctor Gregory Herek: primero, a pesar de sus caracterizaciones, la muestra no era de alcance nacional. Segundo, la tasa de respuesta fue inaceptablemente baja. Tercero, las conclusiones se basaron en datos de submuestras que eran demasiado pequeñas para permitir análisis confiables. Cuarto, la validez de los items del cuestionario es dudosa. Quinto, los entrevistadores pueden haber sido sesgados y pueden no haber seguido procedimientos uniformes. Y sexto, los sesgos del grupo Cameron se publicaron entre los posibles encuestados mientras se recopilaban los datos[7].
Como comenta Morten Frisch en su estudio sobre las comparaciones que realiza Cameron en algunos de sus estudios, las comparaciones entre los promedios de los grupos son comparaciones indebidas porque conducen a conclusiones que parecen de sentido común, pero que tienen serias fallas[8].
Podemos, pues, descartar los estudios de Cameron de los lobbistas anti-LGBT.
Por otro lado, muchas grandes revisiones de literatura prueban que los homosexuales no abusan más que los heterosexuales. Como ejemplo tenemos la del doctor Herek, donde critica también los estudios de Cameron[9], o la revisión de Newton de 1978, donde en base a evidencia disponible por aquellos tiempos desmiente el mito de que los homosexuales abusen en mayor medida[10], o la revisión de 1950-2010 de los abusos en la Iglesia por parte del John Jay College, donde los autores concluyen que la homosexualidad no es un factor de riesgo para el abuso[11].
Bibliografía
1.Metapedia. "Homosexualismo". Ver artículo completo en: https://es.metapedia.org/wiki/Homosexualismo
2.Dantone, Gerry. "Anti-gay Activism and the Misuse of Science: An example of how science can be perverted to support ideologically motivated social activism and harm humanity; the victims in this case: homosexuals." Ver informe completo en: https://web.archive.org/web/20131101072132/https:/www.centerforinquiry.net/uploads/attachments/Anti-gayActivismandtheMisuseofScience_1.pdf
3.Schecory, Mally. Ben-David, Sarah. "Aggression and Anxiety in Rapists and Child Molesters". Ver informe completo en: https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/0306624X05277943
4.McVannel Erwin, Terry. "Infusing Lesbigay Researchinto the Counseling Research Classroom". Ver informe completo en: https://sci-hub.tw/https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1300/J082v51n03_07
5.Herek, Gregory. "Paul Cameron". Ver informe completo en: https://psychology.ucdavis.edu/rainbow/html/facts_cameron.html
6.Carver, Carol A. "Where Professional Reality Meets Political Distortion: What Mental Health Professionals Can Do About the Anti-Gay Movement". Ver informe completo en: https://sci-hub.tw/https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1002/j.2164-4683.1995.tb00094.x
7.Herek, Gregory. "The Cameron Group's Survey Studies: A Methodological Critique". Ver informe completo en: https://psychology.ucdavis.edu/rainbow/html/facts_cameron_survey.html#Error4
8.Frisch, Morten. "Mortality Among Men and Women in Same-Sex Marriage: A National Cohort Study of 8333 Danes". Ver informe completo en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2636618/
9.Herek, Gregory. "Facts About Homosexuality and Child Molestation". Ver informe completo en: https://web.archive.org/web/20180701082154/https://psychology.ucdavis.edu/rainbow/html/facts_molestation.html
10.Newton DE. "Homosexual behavior and child molestation: a review of the evidence." Ver informe completo en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/665354
11.Terry et al., 2011. "The Causes and Context of Sexual Abuse of Minors by Catholic Priests in the United States, 1950-2010". Ver informe completo en: http://www.usccb.org/issues-and-action/child-and-youth-protection/upload/The-Causes-and-Context-of-Sexual-Abuse-of-Minors-by-Catholic-Priests-in-the-United-States-1950-2010.pdf